jueves, 26 de enero de 2012

Día mundial de la Educación Ambiental


El 26 de enero se celebra el día de la Educación Ambiental, también el día de este blog. Este año quiero centrarme en el papel importantísimo que juegan las personas que se dedican a esta profesión y en especial a los educadores ambientales en espacios protegidos.
 
Todo buen educador ambiental o guía de la naturaleza debe cumplir una serie de requisitos mínimos que garanticen de alguna manera que la educación ambiental cumple su cometido, que es la de sensibilizar al grupo destinatario sobre los valores ambientales y ecológicos del espacio protegido y fomentar las actitudes que beneficien al medio ambiente.
 
Decálogo del buen/a educador/a ambiental:
 
1. Debe conocer la legislación específica de cada espacio natural y disponer de información actualizada de los problemas ambientales que afectan al mismo. Saber cuáles son los elementos bióticos y abióticos que lo componen para divulgar la necesidad de su protección y conservación. 

 
2. Debe velar por el cumplimiento de la legislación medioambiental y de las normas de uso público que afectan a cada espacio protegido. Para ello, debe informar a los participantes  y adecuar las actividades a dicha normativa.

 
3. Intentará involucrar al grupo, dará explicaciones claras y adaptadas al nivel de los participantes, con información asimilable y creíble. Evitar en todo lo posible tecnicismos y expresiones que puedan desviar la atención del grupo.

 
4. Transmitir mensajes positivos, evitando plantear las normas y prohibiciones como situaciones sancionadoras sino más bien como beneficiosas para el conjunto de la sociedad y del medio ambiente.

 
5. El monitor o monitora no es la Wikipedia, hay que tener claro que no podemos saber de todo a niveles expertos, pero debemos intentar resolver las dudas de los participantes y en caso de no saber las respuestas, ofreceremos la posibilidad de averiguarlo de otra manera y facilitar el medio de hacerlo.

 
6. El educador ambiental debe limitarse a realizar su trabajo, sin intervenir en otras actividades fuera de su competencia.

 
7. Adaptar los contenidos teóricos, juegos y actividades al nivel de cada grupo. Para ello, habrá que informarse con carácter previo a la visita de: la edad de los participantes, del curso escolar al que pertenecen (si se trata de estudiantes) o nivel formativo si se trata de adultos, el tiempo que van a emplear en las actividades y cualquier otra información o necesidad que pueda plantear el grupo. Preparar el material necesario para realizar las actividades y/o material didáctico/informativo que deberemos facilitar.

 
8. Atender cualquier tipo de incidencia o problema que surja durante la visita.

 
9. Prevenir a los participantes de cualquier peligro o situaciones que supongan un riesgo, informar sobre qué hacer en cada situación.

 
10. Realizar una evaluación posterior a la visita, donde valoremos aspectos positivos y negativos, con la finalidad de potenciar los primeros y evitar los segundos en las siguientes actividades.

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