Por eso, es muy importante que una vez que dejen de funcionar los incorporemos a la cadena de reciclaje:
- el vidrio: se emplea para envases no alimentarios, cementos y cerámicas.
- el metal: se utiliza en empresas de siderurgia.
- el plástico: se reutiliza para cualquier tipo de aplicación.
- el mercurio: se emplea en procesos de hidrólisis de agua salada en plantas desalinizadoras para producir agua potable o de riego.
Pero, ¿dónde podemos llevar estas lámparas usadas?
Pues hasta ahora se podían llevar a los puntos limpios de cada municipio, si es que los hay.
A partir de ahora, y gracias a Ambilamp, hay establecimientos que colaboran en la recogida de estos residuos.
Busca los contenedores como los de la foto y no olvides depositar las bombillas de bajo consumo y fluorescentes sin su embalaje. No se deben depositar bombillas de filamentos ni halógenas.
Y recuerda: el reciclaje de una única lámpara de este tipo supone la NO emisión del CO2 equivalente al que pueden absorber 800 árboles durante un año.
Es complicado, porque apenas hay contenedores para ciertas basuras y la gente tampoco colabora, se creen que eso es para los políticos, y no saben que las consecuencias de lo que no reciclen hoy las sentirán sus propios nietos.
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